El Lobuno De Mariano
Abel Ivroud
3:20Una mañana templada salí al campo a recorrer Porque era mi gusto ver retozar la caballada Siguiendo por la cortada y mirando con recelo Vi, de pa' mi desconsuelo, lo que me hendió en desconcierto Los torniquetes abiertos, los alambres en el suelo Me paré sobre el reca'o divisando la extensión Y comprobé con razón: ni un pingo me habían dejao' Sólo un oscuro tapao' que de nochero tenía Y mientras venía el día, maldije mi suerte perra Puse el oído a la tierra y ni un galope se oía Ahí nomás monté en mi pingo y siguiendo las pisadas Me interné en la tierra arada, en la chacra de unos gringos Calculo que aquel domingo hasta el diablo maldecía Porque las huellas que había marcadas en el sendero Iban a un matadero que un cuatreraje tenía Cuando llegué a la tranquera que entre unos montes estaba Entré y al sonar la aldaba, salió un paisano pa' juera Al verme en su madriguera o descubierto, tal vez Con las manos y con los pies acostumbrao' el cuatrero Empezó a volcar los cueros con el pelaje al revés Cuando me acerqué al paisano, se levantó despacito Y temeroso, el maldito, vino a estrecharme la mano Se la di medio a desgano porque, a según lo que vi Mi tropilla andaba allí y al verme que desconfiaba Me preguntó qué buscaba: mis pingos, le respondí Ya que te pensás, muchacho, que estos cueros son tus pingos Te diré que los domingos yo no carneo en mi tacho Pero de igual forma, guacho, la ofensa voy a cobrarte Vos tendrás que arrodillarte para pedirme perdón Porque yo no soy ladrón y jamás pensé robarte Se me vino y lo esperé con el facón en la mano Quiso dentrarme el paisano, pero a poncho lo paré Con la bota levanté un cuero desde el costao' Y al ver que era mi gateao', lo conocí en el pelaje Lleno de rabia y coraje, lo enderecé sin cuidao' En la primera embestida se arroyó como acordeón Y ya lo noté chambón para cuidarse la vida Como fiera en su guarida se debatía el cuatrero Pero se enredó en el cuero y en tamaño tropezón Se clavó en el corazón al caer su propio acero Pobrecito, mi gateao', ni muerto me abandonó Porque su cuero enredó las botas del condenao' Silbé mi oscuro tapao' que pastaba en la gramilla Después, en forma sencilla, ladeé el cuerpo del cuatrero Y dando vueltas los cueros, lloraba por mi tropilla