Domingos Despeinados

Domingos despeinados, de canciones recicladas
De poemas que nunca hemos terminado
De resacas para nada, en el móvil no hay llamadas
Y la noche se presenta un poco larga
No es mi lado de la almohada, ni oportuno que a estas horas
Te presentes, por mis sueños otra vez
Y pareces tan lejano
Que aprieto cada dedo de mi mano
Y me duele hasta saber

Que nunca será mi turno en tu historia
Que ya soy solo memoria
Que he quedado en el ayer
Que es absurdo que te escriba o que te cante
Si tu nunca me escuchaste
Y me dices, ahora ya cántale a otro
Que te quiera, que te crea
Yo nunca te creeré
Y repaso cada día a tu lado
Buscando el momento exacto
En que eche todo a perder

A perder
A perder
A perder
A perder

Lunes de otra semana que ya no me importa nada
Que los días pasarán sin darme cuenta
Y otro viernes se aproxima, y yo no estoy para fiestas
Otras camas, no sé ya ni me interesan
No es preciso que te diga lo que pienso
Porque ya a estas alturas
Te dará igual
Ni una escusa, es una perdida de tiempo
Tu ya sigues con tu vida
Y tendré que asimilar

Que nunca será mi turno en tu historia
Que ya soy solo memoria
Que he quedado en el ayer
Que es absurdo que te escriba o que te cante
Si tu nunca me escuchaste
Y me dices, ahora ya cántale a otro
Que te quiera, que te crea
Yo nunca te creeré
Y repaso cada día a tu lado
Buscando el momento exacto
En que eche todo a perder
En que eche todo a perder

A perder
A perder

Y otro miércoles cualquiera
Llegaré a casa agotada, y apuntaré tu numero otra vez
Lo he borrado tantas veces
Pero se que acaba en tres
Y ya siento molestarte no lo volveré a hacer

Que nunca será mi turno en tu historia
Que ya soy solo memoria
Que he quedado en el ayer
Que es absurdo que te escriba o que te cante
Si tu nunca me escuchaste
Y me dices, ahora ya cántale a otro
Que te quiera, que te crea
Yo nunca te creeré
Y repaso cada día a tu lado
Buscando el momento exacto
En que eche todo a perder
En que eche todo a perder

A perder
A perder

Domingos despeinados, de canciones recicladas
De poemas que nunca hemos terminado