Aminga A La Siesta

Quien no recuerda las veces
De un sol quemando la tierra
De un silbido que anunciaba
Que comenzaba la siesta
En ese pagode aminga
Donde los sueños se añejan

Los pequeños cazadores
En silencio y siempre alerta
En una mano la honda
Y en el bolsillo las piedras
La sed del pueblo mirando
Esa nube pasajera

El mejor de los banquetes
Debajo de las higueras
La finca de algún vecino
La sombra de una morera
Comiendo tuna fresquita
Al costado de la acequia

El agua pidiendo turno
Para regar la esperanza
Viendo pasar a Rosendo
Allá por la calle larga
Aquellos días de aminga
Los llevo adentro del alma

Un castillo de algarrobo
Donde reina la inocencia
Un caballito de escoba
Y la capa de arpillera
El tiempo se llevo al niño
Y mi callesita de tierra

Era un cielo la represa
Que del calor me cuidaba
Y la polla el universo
Donde la anchera mandaba
Detrás de aquel barrilete
Las ilusiones volaban

El ritual de la canchita
Y una pelota de medias
Muchos goles, cambios de arco
Eso si que era una fiesta
Pancito y mate cocido
Preparados por la vieja

El agua pidiendo turno
Para regar la esperanza
Viendo pasar a Rosendo
Allá por la calle larga
Aquellos días de aminga
Los llevo adentro del alma