Para Llevarte A Vivir
Luis Pescetti
3:13Cuando uno es chico sueña con hacer cosas, y en mi caso, caminaba por mi pueblo soñando que algún día me harían una entrevista. Iba contestando una entrevista imaginada. Harry Potter tuvo mucha suerte, no solo porque lo invitaron a Hogwarts, sino porque la invitación se la entregó un búho blanco, así cualquiera reconoce un llamado en convertirse en lo que no soñó o en lo que no se atrevió a soñar. Por lo general uno ni se entera de que justo eso que llega o eso que falta terminará desencadenando que te conviertas en lo que sea que te guste. Eso parecía inalcanzable, tenía unos 8 años, no estudiaba literatura ni música, iba a una escuela pública, no destacaba en los deportes, ni por dónde ver el hilo de que me llevaría a cumplir un sueño, pero hoy me doy cuenta de que todo lo que me llevaría a hacer lo que hice ya estaba presente: las semillas, los hilos escondidos, las pistas secretas ya estaba ahí aunque no podía reconocerlas. Ojala me hubiera llega un búho con una carta, un perrito, una rana, algo. En cambio yo veía cómo se reía mi mamá o que a mi papá no le gustaba la música que yo escuchaba y me decía: "Vos tendrías que oir algo más alegre". O que mi mamá me pedía que la ayude a secar los platos o mi papá, mecánico, que me siente en un auto a soltar el freno y soltar y pisar y soltar mientras él lo ajustaba. ¡Cómo me fastidiaban esas tareas! De haber sabido que eran, digamos, unas plumas blancas de mi búho de Hogwarts las hubiera realizado con entusiasmo, aunque si las hubiera hecho así quién sabe si hubieran sido mi búho de Hogwarts. Trabajaba con una bicicleta que tenía la goma tan gastada que asomaban dos globitos. Me dieron un premio por un cuento a los 12 años. A los 10, una maestra no creyó que había hecho un cuento, y sí lo había hecho. Mi mamá cocinaba unas maravillas y mi papá me fabricó unos zancos como no se vendían en ninguna parte. La chica que nos gustaba a nuestros 7 años gustaba de otro. Corriendo me llevé por delante una puerta de vidrio y la hice pedazos. Pasaba con la bandera pero también porque la compañera que debía hacer no se lo permitía su religión. Todo mezclado, ¿cómo iba a reconocer ahí a mi búho de Hogwarts?, pero eso era. Un consejo, no les digo a todos todo lo que les ocurra porque si no los van a tomar por loquitos, pero a lo más que puedan que les pase, inclínense y pregúntenle: "¿Sos mi búho de Hogwarts?". A un 9 en un examen, a un golpazo con la bici, a unas zapatillas nuevas, a un trabajo que llega, a un trabajo que se va, a un paseo con papá, a una salida con mamá, a una comida con los abuelos, un amigo que se acerca, un amor que se aleja... ¿Sos mi búho de Hogwarts? IMPORTANTE: Si se les acerca el búho de Hogwarts, no se lo pregunten. No sea que piense: "Este es un bobo, mejor no lo invitamos a Hogwarts". Cuiden que no los tomen por loquitos, pero háganlo, no saben cómo cambia nuestra suerte cuando uno pregunta "sí..." Alrededor de ustedes también están los hilos secretos, lo que podrán ser y lo que mañana serán, aunque hoy parezca medio difícil, sus propios búhos de Hogwarts.